Parece que fue ayer cuando estaba preparando el aula para recibir a mis nuevos alumnos y alumnas de tres años, que iniciaban su escolaridad. ¿Cómo serán? -me preguntaba antes de conocerlos-. ¿Serán buenos?, ¿serán
tranquilos?, ¿vendrán contentos?, ¿llorará alguno? Y, casi sin darnos
cuenta, ha pasado todo un curso; esos niños y niñas, que hace diez
meses eran unos perfectos desconocidos, forman ya parte de mi historia
afectiva. Hemos compartido tantas horas y tantas cosas (trabajos,
juegos, cuentos, canciones...), hemos pasado juntos tantos momentos agradables,
que junio vino volando y el curso llega a su fin.
Ahora toca descansar y reponer fuerzas durante las vacaciones para volver en septiembre con energías renovadas para seguir creciendo. !Muchas gracias a todas las familias por vuestra colaboración; sin vosotros no sería posible este viaje que hemos emprendido juntos!
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